A Luis Marín (In memoriam).
Primero, la prudencia ante la pandemia, luego tu convalecencia, después, más prudencia. El caso es que fuimos aplazando el siguiente café, su correspondiente paseo, y tu ilustrada conversación. Confiábamos en que siempre habría tiempo. Inocentes. Ya nos avisó la vida cuando se llevó a Paco Torres y nos restó una ronda; pero no supimos, no quisimos obedecer. Gracias en nombre de nuestros compañeros y compañeras por compartir tu maestría, tus lecturas, tus dibujos, tus experiencias… por todo lo que nos hiciste reír. Hoy el café me lo tomo solo, cortado, pero solo. Nos vemos Luisito.
Jesús Maniega.