Hoy, 7 de octubre, se nos ha ido Bellido.
Director y actor de doblaje prolífico, Manuel se volcó también, como sabéis, en la enseñanza; sin embargo, seguramente estaremos de acuerdo en que la lección más valiosa que nuestro compañero transmitió al mundo en los últimos años no tenía que ver con los atriles.
Aunque quizá las salas de doblaje sí ejercieran sobre él un efecto revitalizador, multiplicador de su tenacidad, su optimismo y su sonrisa a prueba de balas, rematada siempre con una risotada que en realidad era un trueno. ¡Qué tío!
Pues así es como vamos a recordarte, Manolo.
Hasta siempre.
«Hasta la semana que viene», por Anuska Alborg