jueves , 30 noviembre 2023
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«The Good People»

«O cómo doblar The Good Wife y The Good Fight con los mejores»

por Begoña Hernando

Era octubre o noviembre de 2009. Estaba en clase de flamenco. No había silenciado el móvil y como no dejaba de sonar en mitad de la clase, toda sudada lo cogí. Era Mar, de Fox, ofreciéndome una serie. En esa época tenía bastante trabajo y dudé en aceptar. Pero me dijo que como buena cinéfila que soy, la iba a disfrutar. Que era de abogados y que la protagonizaba Julianna Margulies. Maravillosa actriz cuya interpretación en Los Soprano me había fascinado.

La profe gritaba: “Bego, cuelga ya, anda, que estoy enseñando un paso nuevo y luego que no lo pillas”. Intenté concentrarme en el paso mientras pensaba en cómo organizarme para llevar esa serie y las otras dos que tenía, sin morir en el intento. Porque en las de abogados se habla mucho, y qué coño, básicamente en todas las que me tocan a mí.

Pero ay, qué delicia fue tener el primer episodio en mi ordenador. En color, nítido, sin marcas de agua, ni letras en mitad de la pantalla que impiden ver bien las bocas. Solo el código de tiempo. Y una sucesión de planos sobrios, un ritmo narrativo tranquilo, una fotografía impecable y unos actores de primera.

Me enganché a la serie desde la bofetada que Alicia (Julianna Margulies) le da a Peter (Chris North) en el episodio uno, hasta la bofetada que le da Diane (Christine Baranski) a Alicia en el último episodio de la serie, ya en 2016. O sea, todo el rato.

Y es que las tramas eran super interesantes. Requerían toda tu atención para no perder hilo. Diálogos brillantes, precisos. Pausas cargadas de contenido. Miradas que sugerían algo distinto a lo que decían. Buahh. Deleite puro. Yo gozaba cuando ajustaba, viendo una y otra vez el proceso, el detalle y el conjunto. Michelle y Robert King, los geniales guionistas, compaginaban con acierto las tramas de cada episodio con las vicisitudes y desarrollo vital de los protagonistas. Cada semana nos traían un caso distinto y de rabiosísima actualidad, hablando sin tapujos de política, de corrupción, de chanchullos legales, de capos de la droga, de acoso sexual, de racismo, de la pena de muerte, de fallos cometidos por el Ejército, de escuchas de la NSA, del bitcoin, del movimiento Anonymus y de mil asuntos más que al día siguiente de doblar, veías en las noticias. Y nunca faltaba un detalle o situación cómica para contrarrestar el drama. Estos abogados no eran infalibles; perdían casos. Los personajes no eran héroes; pecaban de soberbia, de vanidad, de inacción. Se equivocaban, se hundían, remontaban, se traicionaban, se amaban, se defraudaban, volvían a confiar y todo un amplio abanico de situaciones reales que hacían que esta serie fuera versátil, y agridulce como la vida misma, y que a veces, espoleara conciencias. Por supuesto, y como en toda serie larga, hay episodios que no son tan brillantes, cuyas tramas, personajes o actitudes interesan menos. Pero los hemos doblado con el mismo afán que han puesto nuestros actores originales.

El primer episodio de The Good Wife lo grabamos en Sonologic el 26 de noviembre de 2009. Todo el personal del estudio, técnicos, producción y dirección, nos hicieron sentir como en casa. ¡Quién iba a imaginar que pasaríamos allí temporadas de cuatro o cinco meses, durante siete años! Compartimos y sufrimos juntos nuestros problemas, alegrías, egos, generosidades, salidas de tiesto, tonterías, mil risas, camaradería, malos entendidos, perdones, más risas, enfermedades, depresiones, pérdidas inconsolables, berrinches, llantos, apoyo incondicional y siempre, amor y cariño. Siempre. Porque este colectivo somos una familia. De la que gusta mal hablar pero no mal oír. Que hace una piña cuando hay que defender lo propio y que cuida de los suyos.

Personalmente, durante esos siete años viví lo más grande y lo más doloroso. Pasé por situaciones muy duras y al mismo tiempo experimenté lo más dulce de la vida, y al igual que los personajes de The Good wife, que me acompañaron durante gran parte del camino, aprendí con ellos, crecí y me hice fuerte.

Conté con buenos traductores. De la primera temporada se encargó María José Aguirre de Carcer y del resto, Roberto González. Magníficos los dos. Una buena traducción es fundamental para poder hacer un buen ajuste y adaptación.

Y lo mejor de dirigir el doblaje de una serie con tantos episodios y personajes, es haber tenido la oportunidad de contar con todos los buenos profesionales, my good people. De verdad, es una maravilla. Porque ahí estamos todos. Y ahí siguen las voces y el trabajo de los que han recorrido con nosotros buena parte del camino y que, por esos caprichos que tiene la muerte, se nos han ido. Pero estarán aquí siempre.

Tengo que hablar del reparto. Vicky Angulo era la voz habitual de esta actriz. Y era impresionante ver cómo se mimetizaba con su interpretación, y cómo cualquier nota que yo le daba, ella la incorporaba, fiándose totalmente de mí. Y creando entre las dos un vínculo muy especial. Era tan fiel al original, que a menudo, cuando estaba ajustando sus diálogos, era la voz de Vicky la que escuchaba en inglés. Dúctil y estupenda actriz, supo expresar los matices y los estados de ánimo de la gran Margullies. Te echo mucho de menos. Nunca olvidaré todos los momentos que vivimos juntas gracias a Alicia Florrick.

La voz imponente, elegante y seductora de Luis Bajo es casi idéntica (o más bonita) a la del actor que doblaba, Chris North. Y de igual modo, la interpretación. Se pega como un calco a él. Eres maravilloso, Luis.

¡Y qué decir del otro gran prota de esta serie: Will (Josh Charles)! Ay, Miguel Montero, qué bien has dejado siempre a este actor! Aquí te mimetizaste con él. Y te disfruté como no te imaginas. En esta serie Josh Charles interpretaba a un tiburón del mundo de la abogacía, con un encanto, una personalidad y un algo oculto que te enamoraba inmediatamente. Y Miguel le dio todo eso con su voz y su arte.

Christine Baranski, pedazo de actriz donde las haya, era y es Diane. Y tuve la suerte de contar con la gran Ana Ángeles para doblarla; una actriz como la copa de un pino, y con el ego bien colocado. Obediente siempre a las indicaciones del director, dando lo mejor de sí a las 8 de la mañana, ¡My god! ¡¡Que estamos locos doblando a esas horas!!! Ella viene puntualmente a trabajar a esa hora aunque no haya dormido (es incapaz de dejar una convocatoria colgada) y aparca sus problemas personales para entregarse a su actriz. Es lo más. Y yo la admiro y la quiero.

Conchi López dobló estupendamente a Kalinda, interpretada por Archie Pnajabi. Se pegaba como un imán a su enigmático personaje, cuyos matices eran aún más sutiles que los del resto. Esta serie está llena de matices; es eso lo que te atrapa.

Pablo Sevilla se pegó como anillo al dedo a la interpretación que hizo Matt Czuchry dando vida a Cary Agos. Jorge García dobló impecablemente al retorcido David Lee (Zack Grenier). Claudio Serrano nos hizo disfrutar en castellano de un maravilloso, entrañable y divertido Eli Gold (Allan Cumming). Inma Gallego borda con frescura y descaro a Marissa (Sarah Steele), su hija respondona y mordaz. Qué bien la dejas, jodía. Adelaida López y Adolfo Moreno doblaban a los hijos de Alicia. Ímprobo trabajo y lo hicisteis creíble y genial. Ellos crecían y vosotros adaptabais las voces e interpretación a su edad. Sois la leche. Nuestra querida Paloma Escola dobló, con una elegancia de manual, a Jackie (Mary Beth Peil),personaje mucho mayor que ella. Demostrando así, que en esta modalidad de la interpretación que es el doblaje, la edad no es ningún condicionante. Eduardo Bosch se encargó, con frescura y naturalidad, del cotilla y discordante Owen (Dallas Roberts). Chusa Nieto estuvo absolutamente magnífica doblando a esa Verónica extravagante, deliciosamente loca y borracha (Stockard Channing). David García nos deleita con esa interpretación íntima, profunda, de pocas palabras pero con un atractivo mundo interior que hace su actor Gary Cole dando vida a Kurt Mcveight, marido de Diane. Es un placer vivir este personaje contigo. Roberto Encinas dobla con maestría y creatividad a Julius (Michael Boatman), personaje que empezó como super secundario y nos ha encandilado totalmente. José Posada volvió a doblar a Matthey Perry, pegándose a la interpretación que hacía aquí como Mike Kresteva. Me encantó trabajar contigo, ¡y a veces por videoconferencia! Olga Cano, (qué buena eres, madre mía, cuánta admiración desde que empezamos juntas en esto) clavó a Patti Nyholm (Martha Plimpton). Yoli Pérez estuvo estupenda en esa Wendy rencorosa y vengativa (Anika Noni Rose). Miguel Zúñiga, maravilloso actor, dobló al buenazo y fiel Gordon (Joe Morton). Amparo Valencia bordó a la sibilina Maddie (Maura Tierney). Olga Velasco, a la fuerte y recia Flores (America Ferrera). Inés Blázquez, a la dulce pero incisiva Laura Hellinger (Amanda Peet). Iván Muelas nos sedujo en ese papel difícil y controvertido que fue Nick (Marc Warren). Y Juan Logar hizo lo propio con el siniestro Blake Calamar (Scott Porter). La loca e inteligente Elsbeth Tascioni corrió a cargo de Carrie Preston, a quien tuve la oportunidad de volver a doblar. David Robles, un imprescindible en esta profesión y en mi vida, nos dejó un Finn (Matthew Goode) a la altura de todo lo que él hace.

¡Y qué decir de los jueces de esta serie! En ninguna serie de abogados se había presentado a sus señorías como aquí. Con personalidades muy diferentes, con sus defectos, su marcado carácter, sujetos a sus propias circunstancias, que a veces influían en sus fallos y veredictos. Por ejemplo, el juez Cuesta (David Pymer), agilizando el proceso porque tenía entradas para ver a Neil Diamond. interpretado con excelencia por Mario Martín. Célebre aquel Sweet Caroline con el que tanto nos reímos en sala. O el juez Abernathy (Denis O´Hare), tan tierno, sereno, ecuánime y comprometido con el planeta y con los oprimidos, al que Carlos del Pino dobló tan bien. Qué placer contar con Sir Charles para este papel difícil. Ha sido un gusto trabajar contigo, escucharte y disfrutarte.

La serie transcurre en Chicago, pero se rodaba en Nueva York, y quizá por esa cercanía a Broodway hemos podido disfrutar de actores de primerísima talla, como Michael J. Fox, el maquiavélico Louis Canning, maravillosamente doblado por Cholo Moratalla. Ay Cholito, lo que costaba este actor, con sus mil pausas y sobreactuaciones tan bien actuadas. F. Murray Abraham, admirable e impecablemente doblado por Antonio Gálvez. Nathan Lane interpretaba a Hayden, doblado con sutil acierto por Juan Perucho, otro grande. Y recurrentes de lujo como: Mamie Gummer, que era Nancy Crozier, la “tontita” del sur a la que bordaba Bea Berciano. Elizabeth Reaser (Tammy), a la que Mar Jorcano volvió a pegarse a esa interpretación peculiar que hace esta actriz. Pude contar con la voz maravillosa de mi querido Luis Porcar para doblar una vez más a Brian Brown, con el que se hace uno, en el papel de Jack. El personaje Lemond Bishop (Mike Colter) contó con la gran voz e interpretación de Gaby Jiménez. Rafa Azcárraga nos hizo un entrañable Howard Lyman (Jerry Adler). Juan Arroyo, un estupendo cínico Neil Gros (John Benjamin Hickey).  Isabel Donate, una fantástica Ruth Eastman (Margo Martindale). Pablo del Hoyo nuevamente bordó con maestría a Kyle MacLachlan (Perroti). Gloria Nuñez estuvo maravillosa doblando a Geneva Pine (Renée Elise Goldsberry). Mar Bordallo interpretó divinamente a Marilyn (Melissa George). Pepa Castro volvió a doblar con ese buen hacer al que nos tiene acostumbrados, a Kelli Giddish (Sophia Russo). José Padilla se encargó una vez más de doblar a David Hyde Pierce, actor peculiar al que siguió perfectamente (Frank Prady). Gemma Martín nos dejó una estupenda Ramona (Connie Nielsen). Iñaki hizo un fabuloso trabajo doblando a Jason (Jeffrey Dean Morgan). Y no se puede estar mejor que Ana Jiménez en el papel de Lucca (Cush Jumbo).Y qué decir de Jill Flint, la agente del FBI, Lana, a quien prestó su dulce y aterciopelada voz nuestra amada Marta García. O Titus Welliver, el duro fiscal Glenn Childs, doblado impecablemente por nuestro querido Chema Lara. O Froines (Michael Kostroff), al que dio voz y arte nuestro Manuel Bellido. O nuestro uxoricida favorito, Collin Sweeney (Dylan Baker), con la voz de nuestro apuesto y especial Ceinos. Grandes actores, con mayúsculas, con los que he tenido la suerte de trabajar, y el privilegio de contar con su amistad. Os llevo en lo más hondo.

Y pido por favor que no se ofendan aquellos a los que no he nombrado. No es que no me acuerde o considere que su trabajo es menos importante. Otra grandeza de esta serie son los personajes que en una sesión (cuatro takes para nosotros) debían contar una historia determinante para el argumento del episodio. Y todos los que habéis venido a doblar esos pequeños papeles, lo habéis hecho de maravilla.

Reconozco que a lo largo de tantos episodios, he tenido que cambiar o repetir voces por diversas circunstancias. Y al que no lo entienda, se lo explico. Lo importante es que hemos hecho un trabajo bastante fiel a la versión original para todos los que quieran ver la versión doblada de esta serie. Que como dice Juan Fernández, que doblaba divinamente al juez Marx (Dominic Chianese), “No hay apenas diferencia entre el doblaje y la VO”. Es lo más bonito que me han dicho nunca. Gracias, Juan.

En mayo de 2016 se despedía The Good Wife, pero ya sabíamos que iban a hacer un spin off o secuela. No sabíamos con qué personajes, porque casi todos ellos eran lo suficientemente interesantes para tener secuela.

Y en 2017 apareció The Good fight. Como su propio nombre indica, mucho más combativa y decidida a luchar contra la injusticia, la corrupción y contra Trump. Sus tramas se han centrado más en conflictos políticos y sociales. La serie arranca con un escándalo financiero a lo Madoff que afecta profundamente a sus protagonistas y es eje de la trama de toda la primera temporada.

La protagonista es Diane. Pero pronto tendrán protagonismo Lucca, que había aparecido en la última temporada; Julius, personaje siempre secundario en la anterior, pero aquí cobra una presencia muy interesante, siempre como contrapunto de las ideas políticas del resto del bufete, y todo desde una interpretación empática y divertida. Es un personaje delicioso. Y Roberto Encinas lo hace más delicioso aún. Marissa cobra también un protagonismo que se merecía con creces y más allá. Resuelta, descarada, directa y resolutiva. Es maravillosa su forma de abordar y resolver todo tipo de situaciones.  Y otra de las protagonistas principales es Maia (Rosie Leslie), el personaje al que más hemos visto evolucionar. En la primera temporada era indecisa y titubeante hasta la exasperación. Ajustar sus diálogos era un suplicio. Y doblarla todo un arte, del que se ha encargado Neri. Actriz camaleónica que convierte en oro todo lo que dobla. Adrian (Delroy Lindo) está doblado maravillosamente por Pedro Tena. Con esa voz profunda que se pega al ori y te atrapa. Siempre es un gusto trabajar con él. Liz (Aura Mcdonald), está doblada divinamente por Chus Gil, personaje que le va como anillo al dedo.¡MiChus, por fin he encontrado un personaje a tu altura! Aquí hemos disfrutado de Colin (Justin Bartha) doblado con elegancia por Jesús Maniega. De Barbara (Erica Tazel), interpretada estupendamente por Ana Alborg. De Paul Guifoyle (Henry Rindell), impecable interpretación de Fernando Hernández. De Bernadette Peters, divina Lenore, doblada magistralmente por nuestra Maria Antonia. De Helene Yorke, como Amy, contando con la estupenda Sandra Jara para doblarla. De el Mensajero, otro recurrente de la serie anterior, y que curiosamente ha podido seguir doblando Néstor, gracias a que la secuela se está doblando en SDI. De Jay (Nyambi Nyambi), el investigador del bufete, con tramas muy interesantes y controvertidas. Roberto Cuenca Jr. se ha entregado a este personaje con enorme entusiasmo y profesionalidad. Ha sido delicioso ver cómo disfrutaba doblándole. Memorable es el discurso anti nazi ante la cámara, rompiendo la cuarta pared. Eso quedará como uno de los hitos de esta serie. Hemos disfrutado de Gary Carr, maravillosamente doblado por mi admirado Rafa RomeroRoland, el elemento perturbador e histriónico de la tercera temporada, corre a cargo de Michael Sheen. Otra lección de cómo interpretar a un personaje que no solo roza los límites, sino que los traspasa. Eduard Farelo, voz habitual de este actor, ha hecho un gran trabajo. Y estando solo. Cómo me habría gustado estar contigo en la sala. Alan Alda vuelve a deleitarnos con su arte. Y Eduardo Jover, borda su interpretación.

En esta tercera temporada se han incorporado Lourdes, Nikki, Ana Valeiras, Ana San Millán, Jessie, CrisMar, Emma, Carmen Podio, Miguel Muro, Ana Plaza, Yoli Portillo… Otra lista en la que se me olvidará mencionar a alguien. Pero todos sois mi Good People.

Y si a estas alturas de la biblia esta que me ha salido, seguís leyendo, os doy las gracias a los que me habéis acompañado a lo largo de estos 189 episodios, por formar parte de mi camino.

También doy gracias infinitas a la vida por esta sensibilidad que me ha permitido disfrutar desde el más tenue pestañeo hasta el último suspiro de cualquier personaje. Las largas horas frente al ordenador ajustando, la lucha en la sala con todos los elementos que se tornaban adversos, han merecido la pena por obtener como resultado un doblaje tan bueno. Enhorabuena a todos por vuestro trabajo. Y gracias por la paciencia que habéis demostrado con esta directora inconformista que siempre os pide un poco más.

Doy las gracias también a todo el personal técnico y de producción del estudio, porque esta es una labor de equipo.

Esta serie ha estado imbricada profundamente en mi vida en estos últimos 10 años. Hemos crecido a la par. Sus arcos han sido concomitantes con los míos. La siento tan dentro y tan mía, que si los King me escucharan, sentirían celos. Y desde la humildad, profeso admiración infinita hacia estos guionistas, realizadores y actores y espero que en la parcela que nos corresponde, hayamos conseguido estar a la altura de sus talones.

Gracias compañeros de doblaje, por este recorrido juntos.

Vamos a por otros 10 años!!!

Begoña Hernando